Las cinco heridas emocionales y sus efectos en la vida
Cuando somos niños, las experiencias con nuestros progenitores pueden generar impactos emocionales que, si no son procesados, nos llevan a desarrollar comportamientos o «máscaras» para protegernos del dolor. Estas heridas se resumen en cinco principales:
- Abandono → Codependencia
- Rechazo → Evasión
- Traición → Control
- Injusticia → Rigidez
- Humillación → Masoquismo
Estos patrones han sido reconocidos en distintas culturas y disciplinas, desde el Ayurveda con su sistema de Doshas hasta los estudios de Wilhelm Reich sobre enfermedades psicosomáticas. Lise Bourbeau los analiza en su obra, explicando cómo afectan nuestra personalidad y vida diaria.
Comprender el origen de las heridas
Si bien pareciera que estas heridas son generadas por nuestros padres, hay quienes sostienen que nosotros mismos elegimos las enseñanzas que queremos experimentar en esta vida. Cada herida nos brinda una lección:
- Abandono: Aprender que nunca estamos solos y podemos ser autosuficientes.
- Rechazo: Desarrollar fortaleza y comprender que nada es personal.
- Traición: Entender que no poseemos a nadie.
- Injusticia: Fluir con la vida y dejar de adoptar el rol de víctima.
- Humillación: Aprender a confiar en uno mismo y valorarse.

Como reconocerlas según nuestro cuerpo y relaciones
El alma teme revivir el dolor, por lo que genera mecanismos de defensa que terminan atrayendo justamente aquello que se quiere evitar. Además, cada herida se refleja en el cuerpo:
- Rechazo: Cuerpos delgados, como si necesitaran desaparecer o huir rápidamente.
- Abandono: Postura encorvada, transmitiendo fragilidad y necesidad de protección.
- Traición: Físico fuerte y trabajado, buscando control y perfección.
- Injusticia: Rigidez corporal, reflejando su estructura mental inflexible.
- Humillación: Tendencia a la acumulación de peso, reflejando la carga emocional.
Las relaciones interpersonales, especialmente tu pareja y tus hijos actúan como tu espejo. Si tememos la traición, seguramente nos encontraremos en situaciones donde se nos traicione. Reconocer estos patrones es clave para sanarlos,
Vampiros energéticos y la importancia de la compasión
Algunas personas absorben nuestra energía a través de nuestras heridas. No obstante, culpar a los demás o a nuestros padres solo perpetúa el ciclo. En cambio, al identificar y sanar nuestras heridas, dejamos de darles poder.
La clave está en entender que nuestros padres también portaban estas heridas y las transmitieron inconscientemente. Al sanarnos, sanamos también a nuestras familias y evitamos que nuestros hijos las hereden.
Sanando cada herida
1. Herida de Rechazo
Si huyes de situaciones incómodas o buscas agradar constantemente, esta herida puede estar activa. Se origina cuando el progenitor del mismo sexo fue emocionalmente distante. Para sanarla, es necesario comprender su historia con empatía y reconocer que, aunque no pudo expresarlo, te amaba.
2. Herida de Abandono
Si sufres cuando alguien se aleja y buscas dependencia emocional, esta herida está presente. Se genera cuando el progenitor del sexo opuesto estuvo ausente. Su sanación pasa por reconocer que su ausencia te permitió desarrollar independencia y resiliencia.
3. Herida de Traición
Esta herida surge entre los 4 y 5 años y está ligada al progenitor del sexo opuesto. La persona con esta herida busca controlarlo todo, lo que genera fatiga y desconfianza. Para sanar, es necesario dejar de ver el amor como algo que se posee y entender que es una energía libre.
4. Herida de Injusticia
Si crees que todo es una lucha donde debes probar tu valía, esta herida puede estar presente. Se genera cuando un progenitor del mismo sexo fue muy estricto. La sanación implica soltar el perfeccionismo y permitirse disfrutar de la vida sin sentirse en deuda con el esfuerzo constante.
5. Herida de Humillación
Si llevas la carga de los demás y reprimes tus deseos, esta herida está activa. Puede originarse por situaciones de vergüenza en la infancia. Para sanarla, es clave aprender a valorarse, practicar el amor propio y expresar la individualidad sin culpa.
Constelaciones de heridas combinadas
Las combinaciones de heridas pueden manifestarse en comportamientos más complejos, estos son unso ejemplos:
- Abandono + Rechazo: Puede generar hipersexualidad o cambios de orientación sexual.
- Traición + Injusticia: Puede relacionarse con enfermedades como la diabetes.
- Rechazo + Traición: Puede dar lugar a adicciones o trastornos bipolares.
- Humillación + Rechazo: Puede desencadenar depresión o esquizofrenia.
Al comprender la dinámica de estas heridas, podemos modificar patrones y evitar transmitirlos a las futuras generaciones.
Transformar tu vida a través la crianza
No puedes evitar que los hijos repitan estas heridas, mas bien en el camino que tomas para evitarlo las creas por eso es fundamental reconocer tus propias heridas y sanarlas. Cada persona elige su camino y características antes de nacer por lo que solo puedes poner el ejemplo de como lo arreglaste ya que por lo general ellos serán tus maestros y te mostraran como un espejo que hay que no has arreglado.
Tus hijos no necesitan dinero, ni estatus, sino nuestra presencia y conexión genuina. Algunos pilares esenciales para fortalecer el vínculo con los hijos incluyen:
- Tiempo de calidad
- Intercambio de Infrmación
- Proyectos en común y algunos a laro plazo
- Contacto fisico adecuado
- Actividades recreativas compartidas
Cada herida que sanamos en nosotros impacta en nuestro linaje. No solo nos liberamos, sino que ayudamos a sanar a nuestras familias y futuras generaciones. Al final debes de tener compasión por tus padres.
Buen viaje en tu proceso de sanación.